Alimentación consciente: Cocinar sin prisas y fluir como las mariposas
Hoy, por esas cosas de dejarse fluir con el amor, el día ha empezado tranquilamente y sin ninguna prisa. El sol clareando, el café haciendo su agradable sonido que me avisa de que el proceso alquímico matutino ha terminado y ya puedo disfrutar de la magia creada. Como decía, por esas cosas de dejarse fluir, como una mariposa que va volando de flor en flor, avanzamos hacia un lugar especial sin ningún tipo de horario al que atenderse.
Momento de conexión con la naturaleza
Caminábamos en esa nube rosa que nos envolvía mientras avanzábamos hacia el lugar que íbamos a visitar. Llegamos a un sitio en cuestión, uno de esos lugares donde el tiempo se detiene y los niños pueden ver los duendes y las hadas que habitan en el bosque. Un castaño milenario, de un tamaño en el que pueden caber 10 personas mayores de pie en su interior, se alza en medio de un claro para mostrarse en su plenitud y recordarnos que solo hace falta ser para brillar.
En esas, la alarma ya tenía el tiempo en 15 minutos, por lo que decidimos relajarnos un poco y nos pusimos cada uno por su lado a conectar con el árbol. Los pájaros cantaban al ritmo de las ramas movidas por el viento, se respiraba el amor y la gratitud en el aire… esa gratitud que la vida te devuelve con una alarma programada para cuatro días y que no interrumpe un momento de paz tan profunda.
La magia de la cocina casera y la alimentación consciente
Esas cosas de la vida que te hacen cambiar los planes y, por cuestiones de tiempo, no puedes ir a comprar un menú en un lugar que cocina platos veganos y sin gluten deliciosos, con esa idea de cuidarse y comer alimentos conscientes. Puestos ya en el plan de regreso, revoloteando de flor en flor y con el reloj avanzando hasta la hora de despedirnos cada vez más próxima, tampoco teníamos tiempo de cocinar.
Una opción muy viable era ir a comprar comida en una tienda que la vende para llevar. Los platos elegidos fueron: ensalada griega, cus-cús con verduras y ternera con setas. Estos platos, servidos con la amabilidad de una señora que se entrega al servicio mientras hace su trabajo, nos hicieron sentir el corazón más lleno antes de empezar a comer. Esta experiencia nos recuerda la importancia de la cocina casera y la alimentación consciente para nuestro bienestar.
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